A finales de noviembre la Comisión Colombiana de Recursos y Reservas Minerales (CCRR) firmó un acuerdo con la Comisión de Chile para el reconocimiento de profesionales competentes entre ambos países. En entrevista con Aprecol.com, Wilfredo López, Presidente de la CCRR, explica los beneficios de esta alianza para la industria minera del país, cómo ha evolucionado el tema de recursos y reservas y cuál ha sido el rol del sector esmeraldífero.
¿Qué tanto ha avanzado la Comisión Colombiana de Recursos y Reservas Minerales?
Hace un año teníamos unas grandes expectativas, pero, aunque contábamos con una hoja de ruta y un plan estratégico, no era sencillo predecir los resultados. 2019 podemos considerarlo un año de mucho éxito para la CCRR. Iniciamos el 1 de enero el registro de personas competentes y al día de hoy, 28 de noviembre, tenemos 39 personas ya registradas, y vamos a terminar el año con alrededor de unas 45. El otro logro importante es haber firmado el acuerdo para el reconocimiento de profesionales mineros entre Chile y Colombia. Estamos en ese sentido trabajando a un muy buen ritmo. Los ejecutivos del Comité Internacional para el Reporte de Recursos y Reservas (Crirsco, por sus siglas en inglés), que son los que regulan este tipo de organizaciones; así como la Agencia Nacional de Minería de Chile y la de Brasil nos han congratulado por lo mucho que hemos ejecutado en tan poco tiempo.
¿Cuáles son los beneficios de los profesionales competentes para el país?
Las personas competentes le traen muchos beneficios al país, porque elevan la calidad de la información que se reporta. De ese modo, generamos confianza, tanto nacional como internacionalmente. Además, los proyectos desarrollados por estas personas tendrán una mejor aceptación por parte de los inversionistas extranjeros.
Vamos a generar además lo que llaman «guías de buenas prácticas» en algunos minerales, como el material de arrastre, el cobre y, por supuesto, la esmeralda, para la cual tenemos ya un borrador del proyecto, que se presentó al Ministerio de Minas; esperamos que los próximos días nos lo aprueben y empezamos la tarea.
¿Qué se busca con los convenios como el firmado recientemente con Chile?}
La idea es tener socios de gran renombre internacional. Luego de la firma del convenio con la Comisión de Chile, vamos a firmar con dos grandes actores: Sudáfrica y Estados Unidos. Con este último lo esperamos hacer a principios del 2020, quizá durante el Congreso de la Sociedad de Exploración, Minería y Metalurgia. También estamos muy cerca de lograrlo con Canadá.
El propósito es que un profesional competente colombiano sea admitido, pueda hacer un trabajo o sea contratado por una empresa de algunos de esos países, que llamamos pares. Nuestros geólogos, ingenieros de minas y químicos son muy buenos y reconocidos internacionalmente. Con estas alianzas se les abrirá mucho más las puertas.
¿Cuáles son los propósitos más inmediatos de la CCRR para el 2020?
Vamos a seguir registrando profesionales competentes. Durante el 2019 visitamos once ciudades del país con la ANM para difundir el concepto de los recursos y reservas; en el 2020 continuaremos ese plan de capacitación: tenemos un convenio con la Universidad Externado para empezar a dictar varios cursos presenciales en distintas regiones de Colombia y otro con la Facultad de Minas de la Universidad Nacional, donde vamos a dictar unos cursos virtuales. Esto nos va a permitir difundir el concepto y ofrecerles esa opción a profesionales del país que no tienen la oportunidad de ir a las grandes ciudades a estudiar.
¿Cómo ve al sector esmeraldífero en relación con estos temas y cuáles son los retos?
Hay un potencial muy grande. El sector de la esmeralda cuenta con dos cinturones, que, en cierto modo, han sido observados, explorados y explotados muy superficialmente. Antes, los depósitos eran de más fácil acceso, eran casi observables en la superficie de la tierra. Eso prácticamente terminó. Lo que hay hoy son depósitos profundos. Por ello, para llegar a ellos, hay que recurrir a la tecnología y al conocimiento. En la actualidad hay personas trabajando fuertemente en ello.
Las Guías de Buenas Prácticas de la Esmeralda nos va a permitir hacer las cosas bien y nos va a ayudar a explorar mejor, a cuantificar recursos y a explotarlos en caso que se encuentren. Ese es el objetivo. Hay sin embargo mucho trabajo por hacer. Valorar un recurso mineral con poca información es complejo, pero ya hay tecnología de punta para ello, que es lo que vamos a tratar de implementar, aún cuando ya hay compañías extranjeras en Boyacá que están aplicando esta tecnología. Por otro lado, debemos tener en cuenta que la esmeralda colombiana es diferente a la esmeralda brasileña y a la asiática; por eso, tenemos que desarrollar un sistema propio para nuestras esmeraldas.