El pasado 22 de abril se llevó a cabo la presentación oficial de la Guía de Buenas Prácticas de la Esmeralda Colombiana, cuyo propósito es orientar en las labores de exploración y estimación de recursos y reservas minerales a los titulares mineros y profesionales del sector de la esmeralda en Colombia. Esta guía es el resultado del trabajo conjunto entre Fedesmeraldas, la Comisión Colombiana de Recursos y Reservas Minerales (CCRR) y la Agencia Nacional de Minería (ANM).
En entrevista con Aprecol.com, Wilfredo López, Presidente de la CCRR y uno de los artífices de este proyecto que es hoy una realidad, habla sobre los beneficios de la guía para el sector esmeraldífero, tanto para mineros como empresarios, así como cuáles son algunas de aquellas buenas prácticas que contiene el documento y su importancia para el futuro de la industria de las esmeraldas.
¿Cuál es el propósito de la Guía de Buenas Prácticas de la Esmeralda Colombiana?
Dentro de los propósitos de la CCRR hay una serie de iniciativas que están en marcha. Entre ellas, elaborar unas guías de buenas prácticas, cuyo objetivo fundamental es plantear cómo hacer las cosas bien en la minería; es decir, mientras el Estándar Colombiano de Recursos y Reservas (ECCR) nos dice qué hacer, la guía nos dice cómo hacerlo. Y eso es fundamental para estandarizar los conceptos. Una de las inquietudes que tiene el sector minero es precisamente cómo hacerlo, cómo muestreo, cómo garantizo que la información es confiable y va a ser aceptada, cómo estimo los recursos.
Entonces, la guía de buenas prácticas es básicamente un conjunto de acciones alineadas que han tenido éxito en otros lugares, en otros proyectos, y que se espera que en situaciones similares genere resultados similares. No obstante, no es una fórmula mágica, porque en cada caso hay que adaptarla a las condiciones, como el tipo de depósito, la región, la comunidad, la parte social y ambiental. Sin embargo, estas pautas permiten facilitar las acciones y hacer comparaciones con otros proyectos.
Mencione algunos ejemplos de buenas prácticas
La toma de muestras es un ejemplo importante, porque para hacerlo la gente no tiene un procedimiento establecido, ni una argumentación de qué hacer. Hay toda una teoría alrededor de la toma de muestras. Y ya hay cada vez más personas especializadas en temas como Quality Assessment (QA) y Quality Control (QC), y contamos además con el Icontec. Eso es importante, porque le da confianza a la información y cuando se tiene información confiable se puede proponer el proyecto, el cual se comienza a percibir de manera diferente, más positiva. Esa es una buena práctica.
Lo otro es aplicar, por ejemplo, conceptos ya establecidos en el entorno académico del sector minero para estimar recursos minerales, usando las metodologías más indicadas. Anteriormente no se contaba con los softwares necesarios y la gente no estaba preparada. Hoy, las metodologías actuales permiten hacer un seguimiento a cómo se hizo la estimación y por qué se hizo. Esto también genera confianza.
Se parte entonces de un muestreo bien hecho y luego se pasa esa información a la asignación de recursos. Después de esto, se aplica el concepto llamado “factores modificadores”, a través del cual es posible convertir los recursos en reservas. No es lo mismo que una empresa negocie con recursos que con reservas. Económicamente los precios son muy diferentes.
¿Cuáles son algunos de los beneficios de la guía?
Las buenas prácticas ayudan, entonces, a la generación de confianza, a que vengan inversionistas de otros países e inviertan en nuestros proyectos. Estamos dando un paso gigantesco, porque nos estamos equiparando a los grandes actores de la minería en el mundo, como Chile, Perú, Brasil y México e, incluso, Canadá y Estados Unidos. Estamos jugando en las Grandes Ligas de la Minería en lo que respecta al concepto, la parte académica y el conocimiento. Tal es el alcance de estas guías.
Ya, por ejemplo, empezamos a notar que hay unos proyectos en Colombia que han empezado a tener una importante repercusión a nivel internacional, y esto es debido a que han aplicado todos estos conceptos. Por otro lado, la CCRR ha ganado mucha aceptabilidad. En este momento diría que es la comisión de más renombre que tiene CRIRSCO (Committee for Mineral Reserves International Reporting Standards).
¿Cómo se implementa la guía?
En primer lugar es importante mencionar que no es obligatorio aplicar la guía; pero es útil para quienes quieran atraer inversionistas. Incluso es útil para los mineros informales, que en algún momento requieren auspicio y apoyo de comerciantes. Para ello, pueden apoyarse en profesionales o en un equipo multidisciplinario compuesto de un ingeniero de minas, un geólogo, un experto en muestreo y un experto ambiental, que los ayudarán a crear un proyecto. Seguramente la ANM lo va a mirar con otros ojos o lo va a aceptar más fácil, porque se ve que está involucrado y está manejando la terminología internacional.
Porque el tema de la terminología es otro de los grandes problemas que teníamos. Cada mina tenía su propia forma de nombrar las cosas y no siempre se entendía bien; se hablaba, por ejemplo, de reservas hipotéticas o de reservas explotables de fácil acceso. Eso no significa nada. En este momento, hay otras formas de indicar recursos (inferidos, indicados y medidos) y hay dos formas de reservas: probables y probadas. Antes había 14 clasificaciones, hoy hay solo cinco.
¿De qué manera los empresarios y mineros pueden resolver dudas sobre la guía?
Entendemos que estos son conceptos novedosos, que algunos no entienden bien. Pero en el sector ya hay profesionales que se han capacitado, así como personas competentes. En el sector esmeraldero, por ejemplo, ya hay cinco. Estas personas ayudan a resolver inquietudes. También está la CCRR, disponible para resolver consultas. Tanto los profesionales como los empresarios pueden escribirnos y nosotros respondemos; continuamente lo estamos haciendo.
Vamos a comenzar también a hacer unas charlas virtuales para responder preguntas. Además, ya hay prácticamente conformada una red con gremios, como APRECOL y Fedesmeraldas, y las universidades, que también nos ayuda a canalizar inquietudes. El proceso de formar a las personas, a los empresarios, a los mineros, a los que tienen aspiraciones a ser dueños de minas y quienes quieren tramitar un título es lento. Por ello es importante que contemos con canales de comunicación ágiles y oportunos.
Esperamos pronto visitar la región del Occidente de Boyacá, como Muzo y Coscuez, y poder sentarnos con la gente, mirarlos a la cara y aclarar todas las dudas que haya, porque hay aún muchos malentendidos. Mientras tanto, los invitamos entonces a que se acojan a esta guía y se acerquen a las personas que tengan conocimiento sobre el tema.
Sobre la Comisión Colombiana de Recursos y Reservas Minerales (CCRR)
La Comisión Colombiana de Recursos y Reservas Minerales (CCRR) es una entidad sin ánimo de lucro (ESAL) que actúa como la Organización Nacional de Reportes Colombianos (NRO, por sus siglas en inglés) ante el Comité Internacional para el Reporte de Reservas Mineras (CRIRSCO).
Dentro de las funciones de la CCRR se encuentran la de registrar a las Personas Competentes (PC) que tienen las competencias, capacidades, habilidades y comportamiento ético para hacer reportes públicos y estimación de los recursos y las reservas minerales, y la de producir y ser responsable de mantener el Estándar Colombiano para el Reporte Público de Resultados de Exploración y Estimación de Recursos y Reservas Minerales (ECRR), de acuerdo con el modelo y los estándares CRIRSCO.
Vea aquí la presentación oficial completa de la Guía de las Buenas Prácticas de la Esmeralda Colombiana
Descargue aquí la Guía de las Buenas Prácticas de la Esmeralda Colombiana