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El comedor comunitario El Mirador de los Abuelos cumple cinco años

By agosto 11, 2020 No Comments

El 5 de julio de 2015 nació el Mirador de los Abuelos, un comedor comunitario dirigido a la población de adultos mayores del sector minero de los municipios de Muzo y Quípama creado por la Fundación Muzo (organización sin ánimo de lucro subsidiaria de las Compañías Muzo). Después de cinco años de actividades, la iniciativa cuenta con alrededor de 350 adultos mayores inscritos, que se benefician con un almuerzo diario, todos los días de la semana.

En ese entonces, la Fundación hizo una aproximación a la comunidad para hacer un diagnóstico de las necesidades y expectativas de la región, y así establecer su planeación estratégica y sus líneas de trabajo. De esta labor, se determinó que había una gran población de adultos mayores en condiciones de vulnerabilidad, y que para contribuir a mejorar su calidad de vida se debía atender primero sus necesidades alimentarias.

Con ese propósito nació el Mirador de los Abuelos, cuyas instalaciones se construyeron en el denominado sector minero, en cercanías a la quebrada Itoco, donde los adultos mayores pudieran acercarse con facilidad, y así brindarles un bienestar integral que realmente mejorara sus condiciones de alimento y de salud.

El comedor inició con 80 personas inscritas, y hoy ya cuenta con 350 (85% hombres y 15% mujeres), de las cuales alrededor de 250 asisten diariamente a recibir su almuerzo. Se han entregado aproximadamente 320.000 almuerzos durante estos primeros cinco años.

“Les brindamos un almuerzo nutritivo, balanceado y digno, acorde con sus necesidades, elaborado con todas las condiciones de calidad, inocuidad y de seguridad. El menú es elaborado por nutricionistas que conocen las necesidades de los adultos para atenuar sus problemas de salud y mejorar sus condiciones de vida”, explica María Luisa Durrance, Directora de Fundación Muzo.

Sin embargo, teniendo en cuenta que el propósito de este comedor comunitario es brindar una atención integral, la iniciativa va mucho más allá de la entrega diaria del almuerzo. Así, ha sido diseñado a lo largo de ese lustro una serie de actividades complementarias que les permite a estos adultos mayores sentirse útiles y mejorar su estado de ánimo.

Actividades complementarias

Así, por ejemplo, el comedor cuenta con el grupo de danza Renacer Minero, conformado por adultos mayores inscritos. Han realizado presentaciones en Chiquinquirá, en otros municipios del Occidente de Boyacá y en Bogotá, y han recibido varios premios y reconocimientos.

También se trabajan actividades relacionadas con el arte y las manualidades, lideradas por una profesora especializada en el tema. Así, los adultos mayores cuentan con espacios para explorar el arte en temáticas tales como tejido, pintura en tela, porcelanicrón, bisutería, plastilina, fomi, entre otros. Cuentan también con alternativas como el deporte, el ajedrez o juegos de mesa, que los ayuda en sus momentos de esparcimiento.

Se abren además espacios para la celebración de fechas especiales, como Navidad, el cumpleaños del comedor y el de cada uno de ellos. Estas jornadas, según explica la Directora de Fundación Muzo, establecen relaciones fuertes y duraderas entre ellos y los ayuda a sentirse reconocidos y a ser tenidos en cuenta.

Se realiza además un reinado anual, en el que las adultas mayores encuentran el espacio en el que muestran lo que saben hacer, como los vestidos que realizan con material reciclado. Se viene realizando hace cinco años, cada uno con una temática diferente.

La Fundación lleva además a cabo brigadas de salud y de belleza, iniciativa de gran importancia teniendo en cuenta que la población de adultos mayores de la zona no tiene los recursos suficientes para asistir a los cascos urbanos de Muzo y Quípama a recibir consultas. “Tratamos que ellos puedan beneficiarse con un seguimiento nutricional y médico de su condición de salud, al menos dos o tres veces al año”, explica la directora.

Proyectos productivos

Para la Fundación Muzo, la población de adultos mayores beneficiaria del comedor El Mirador de los Abuelos ha dado muestras de tenacidad y de deseo de trabajar. Por ello, se han desarrollado iniciativas que los vincule laboralmente, y así reciban ingresos y se sientan útiles.

Una de ellas es La Granja del Abuelo, un espacio agropecuario compuesto por un galpón de gallinas ponedoras (se cuenta con 1.300 en el momento), una huerta y un lombricultivo. Este proyecto es manejado por algunos adultos mayores que les gusta el campo y las actividades agropecuarias. Asisten por turnos a desempeñar tareas como alimentar e hidratar a las gallinas, limpiar y clasificar los huevos, y en la huerta se encargan de los semilleros, sembrar y regar las plantas y de cosechar los productos.

La granja permite además que el comedor aplique actividades de responsabilidad ambiental, como el reciclaje de los desechos orgánicos resultantes de la cocina, los cuales se destinan al lombricultivo para producir abono. “Todos los productos surgidos de la granja se venden y, así, mes a mes los adultos mayores reciben un ingreso que les ayuda a mejorar su calidad de vida -afirma María Luisa Durrance-. Nosotros dimos el plante, los apoyamos constantemente para que el proyecto alcance el punto de equilibrio y día a día nuestro personal hace seguimiento al proyecto”.

Artesanía con Sentido Social es otra de las iniciativas productivas de Fundación Muzo, que busca, en alianza con Artesanías de Colombia, formar a la comunidad en joyería y tallaje de piedras, y así producir joyas en la región. A esta iniciativa se han sumado adultos mayores del comedor comunitario.

“Lo que buscamos es que ellos también tengan esa posibilidad de ingresos a través del comedor; que no vayan solo a almorzar y luego irse a sus actividades de minería, sino ayudarlos a tener otras alternativas de vida”, dice la directora.

El impacto de la pandemia

Debido a la emergencia sanitaria decretada por el Gobierno Nacional a raíz de la pandemia del Covid-19, el comedor comunitario solo pudo operar hasta mitad de marzo y cerró temporalmente, lo cual significó un fuerte impacto para la población que todos los días asistía a almorzar y a compartir con los demás.

La Fundación buscó entonces seguir apoyándolos sin generar condiciones de riesgo. Para ello se les han distribuido mercados mensuales, que se les entrega de manera directa en sus comunidades, y así mitigar un poco el cierre temporal del comedor. “Los mercados están compuestos por productos no perecederos, pero buscamos que sigan siendo de calidad para atender sus necesidades. La iniciativa ha sido muy bien recibida por los adultos mayores, y nos ha permitido visitarlos, saber cómo están y seguir vinculados con ellos”, dice María Luisa Durrance.

Con respecto a la Granja del Abuelo, esta sigue operando directamente por miembros de la Fundación, y los ingresos siguen destinándose a los adultos mayores que están vinculados a esta iniciativa.

La meta de El Mirador de los Abuelos hacia los próximos años, según explica la Directora de Fundación Muzo, es llegar a toda la población de adultos mayores de la zona, incluyendo a aquellos que, por condiciones de salud, no pueden desplazarse hasta el comedor. Así mismo, se busca crecer en los proyectos productivos, diseñar más actividades para su esparcimiento y continuar afianzando jornadas médicas y nutricionales. “El objetivo desde el inicio es que este fuera un proyecto holístico que le permitiera a esta población encontrar un bienestar integral en diferentes esferas de su vida; así se ha hecho y así lo continuaremos haciendo”, concluye.