EventoNoticias

Resultados de la Séptima Edición de la Brújula Minera

By mayo 18, 2020 No Comments

El pasado 7 de mayo se llevó a cabo la Séptima Edición de la Brújula Minera, un estudio realizado por el Centro Nacional de Consultoría, Jaime Arteaga & Asociados y la revista Mundo Minero que expone la percepción que distintos actores tienen sobre el sector y sus actividades. Debido a las condiciones actuales en el país, devenidas de la pandemia del Covid-19, el evento se realizó de manera virtual, para lo cual recurrió a un formato original que incluyó la presencia remota de variados expertos y de herramientas digitales que permitieron la participación de la audiencia.

Los datos presentados evidencian una mejora en la percepción positiva de la minería para el país y las regiones. Se destaca que, por primera vez en cuatro años, se alcanzan niveles de opinión positiva para el país de un 68% en municipios mineros y un 63% en municipios no mineros, revirtiendo la tendencia negativa de estos últimos. 

Entre otros hallazgos, se encontró que en los municipios no mineros algunas personas estarían dispuestas a permitir el desarrollo de la actividad minera si ésta aporta a la construcción de paz, proyectos de ciencia y tecnología, y salud. “Un mensaje contundente para el sector y los directivos de empresas mineras, puesto que la opinión pública espera que la industria se comprometa con el desarrollo de los territorios, más allá de la generación de empleo o la contratación de bienes y servicios locales”, afirmó la Brújula Minera. 

Al respecto, Jaime Arteaga, Director de la Brújula Minera, manifestó que “existe una sensibilidad ante la conversación sobre la minería, pero una frustración frente a esa conversación, y esa frustración se deriva en gran medida de la dificultad que uno tiene para pensar y hablar el mismo lenguaje de su grupo de interés”. 

En este sentido, es importante destacar que el reto que perciben los directivos de cara a las comunidades ha servido al sector para replantear el significado, el impacto y la importancia de aumentar sus inversiones sociales, así como mejorar las comunicaciones con sus grupos de interés en más de un 50%

Por otro lado, existe una oportunidad de mejora comunicacional con el Gobierno, toda vez que solo una quinta parte de las autoridades de Gobierno manifiesta sentirse satisfecha con el cumplimiento de reglas de las empresas mineras.

La opinión de los participantes

Para analizar la resultados presentados, la Brújula Minera estableció un panel conformado por Jaime Arteaga y Juan Camilo Nariño, Presidente de la Asociación Colombiana de Minería (ACM), que interactuaron con diferentes expertos, quienes, desde sus casas, dieron sus intervenciones y puntos de vista.

Carolina Rojas Hayes, Viceministra de Minas, resaltó los resultados positivos del estudio de la Brújula Minera, y llamó la atención en la importancia de continuar generando confianza sobre el sector entre la población. “Hay que seguir resaltando que los minerales están cerca de los ciudadanos: nos acompañan en nuestras casas, están en nuestros computadores, en nuestros electrodomésticos, en la construcción de nuestras casas. Hacen parte de nuestra vida diaria. Hacen una contribución muy positiva a la economía y la sociedad”, señaló la funcionaria.

Por su lado, Juanita Goebertus, Representante a la Cámara por Bogotá, habló sobre el escenario nuevo que está imponiendo la pandemia del Covid-19, lo cual no debe significar saltarse compromisos. “Tenemos que entender que aquí hay un cambio de chip, y que recuperar la economía después de la pandemia, que va a significar un reto enorme para todos, no puede implicar devolvernos a una visión netamente económica, sino una que también pondere los efectos sociales y económicos del desarrollo minero”, afirmó.

Para Santiago Cardona, de Mineros S.A., los resultados que revela la Brújula Minera demuestran que “las empresas mineras tienen una actitud menos prepotente hacia las comunidades y es más abierta y cercana a los demás; esto ha contribuido al mejoramiento de la percepción de la minería por parte de la opinión pública”.

Guillén Calvo, Director General para Latinoamérica y el Caribe de Insuco, también exaltó el cambio de percepción de la opinión pública hacia la minería. Enfatizó en que son cada vez más los ciudadanos que reconocen que una minería moderna y responsable con sus territorios puede ser un catalizador de desarrollo. “Sin embargo -añadió-, es también un llamado de atención a un optimismo prudente, porque sabemos que las relaciones de confianza entre la opinión pública, los territorios y el sector minero han demostrado ser muy frágiles. Para no perder esta oportunidad debemos velar por mantener el diálogo, pero también la empatía con los territorios, que es el potencial escenario de planificación conjunta”.

Por su lado, Felipe Márquez, Presidente de AngloGold Ashanti Colombia, enfocó su intervención en la responsabilidad social, la cual no debe considerarse, según sus palabras, como una actividad adicional que las empresas hacen ni como un regalo hacia las comunidades, sino que debe asumirse como un medio para cocrear, con base en el tema del valor compartido. “La idea es ayudar a la comunidad a construir su propio propósito -enfatizó-, a que ellos mismos colectivamente busquen su desarrollo. Vamos a garantizar que podemos coexistir en el territorio: los mineros, los agricultores, los que promueven el turismo, el sector público, etc., porque ya no estamos hablando del cómo, sino que vamos a elevar la discusión al propósito, al para qué lo hacemos”.

Silvana Habib, Presidenta de la Agencia Nacional de Minería (ANM), afirmó que, con los resultados, se percibe una ruta más clara y una labor más alineada entre todos los participantes del sector. Con respecto a los resultados que revelan las oportunidades de mejora en la relación de las empresas y el Gobierno, la funcionaria señaló que desde la agencia se está trabajando en las buenas prácticas y en ser cada vez más exigentes. “Estamos subiendo la vara -agregó-; mi llamado es que cuando esto sucede no se perciba como un ataque de la entidad, sino como el camino que llevamos para que este sector se legitimice y que estemos alineados a las políticas ambientales y sociales”.

Carlos Lemoine, Presidente de ViaCiencia y Fundador del Centro Nacional de Consultoría, subrayó la convergencia existente entre la opinión pública, los empresarios y los trabajadores que evidenció los resultado. Sin embargo, añadió que es preocupante que los empresarios vean en la relación con las comunidades como el principal obstáculo a su crecimiento. “Pareciera como si las empresas y las comunidades vivieran en dos espacios distintos -explicó-. Las empresas en el mercado de las ganancias y los precios y las comunidades en el espacio del cuidado. Esto obliga a que las empresas piensen en elevar su relación en la dimensión del cuidado”.

Juan Camilo Nariño, Presidente de la Asociación Colombiana de Minería (ACM), que dirigió el panel virtual junto con Jaime Arteaga, resaltó al diálogo como la mejor manera de entender los puntos de vista distintos y las diferencias de visión de desarrollo, de construcción de comunidades y de bienestar social. “Ojalá tengamos una Brújula Minera con esos grupos para sentarnos a conversar y entre todos juntarnos en propósitos comunes”, señaló.

Del mismo parecer es José Miguel Linares, Presidente de Drummond, que afirmó que el diálogo con la comunidad es necesario, pero no en el sentido de lo que las empresas quieren oír, sino en lo que las comunidades quieren dialogar. “Para ello es fundamental establecer unos adecuados canales de comunicación con los diferentes stakeholders que hay dentro de la comunidad -enfatizó-, y muchas veces no solo con las cabeceras municipales sino con los diferentes corregimientos que están relacionados directa o indirectamente con los proyectos”.

En el mismo tema del diálogo, Rafael Mateus llamó la atención en la importancia de dialogar con quien piensa distinto, sobre todo debido a la tendencia de politización del diálogo, teniendo en cuenta que ya no son las ONG ni las comunidades de base quienes lideran el diálogo, sino las autoridades locales. “Todos queremos hablar con quienes sentimos afinidad y empatía. Nos cuesta trabajo hablar con el contradictor y con quien tenemos diferencias. Justamente ahí está el reto -explicó-. El sistema de conversación de hoy es distinto y se corre el riesgo de caer en el falso dilema político de izquierda-derecha, aquel que considera que quienes están en favor de la minería son de derecha y los que están en contra son de izquierda; un falso dilema que termina alineándose con los intereses políticos que están en cabeza de las autoridades locales. Mi invitación es a pensar que la conversación y el reconocimiento del otro no es un tema de estándares. Se trata finalmente de una postura ética, una ética del cuidado, el autocuidado y el cuidado del otro, así como el cuidado de la casa común”.

Licencia social

Como innovación, en esta edición la Brújula Minera midió por primera vez la Licencia Social del sector minero en Colombia, un factor que a diferencia de una licencia ambiental, según señala el estudio, no se obtiene mediante la expedición de un permiso del Gobierno, sino a partir de un proceso continuo de construcción y generación de confianza con los grupos de interés. En este sentido, existen diferentes niveles de licencia social, que están determinados por el grado de confianza del relacionamiento y la interacción entre la empresa y su entorno.

“Los resultados demuestran que  la conversación con los grupos de interés no debe gestionarse desde un plano transaccional, en la medida en que estos aportes no son determinante para establecer mejores relaciones con el entorno ni con las comunidades”, puntualizó la Brújula Minera.

Con el fin de analizar estos resultados y también para ahondar en el concepto de la licencia social, se invitó al Doctor Robert Boutilier, del Centro de Desarrollo Sostenible de Australia, que fue entrevistado en vivo con la intervención y preguntas de varios líderes. 

Para el experto, la licencia social plantea el reto de que ambas partes tengan un sentido de ser socios en un intento de lograr un futuro compartido y que también es necesario que lo social se entienda como una relación tanto con la comunidad como con toda la sociedad. “Es importante recordar que las comunidades tienen poder; ellas pueden bloquear un proyecto o incrementar sus costos -afirmó-. Hay que incluir a la comunidad como socia del proyecto, aun cuando sus contribuciones no sean financieras ni laborales; socios en el sentido de que experimentan cambios y afrontan riesgos de cara a un proyecto. Por último, hay que entender que la licencia social se tiene que renovar todos los días”.

Reviva aquí el evento de la Brújula Minera completo