Guillermo Galvis, Presidente de la Asociación Colombiana de Exportadores de Esmeraldas (Acodes), tiene una amplia experiencia en el negocio de las esmeraldas y es un gran conocedor del mercado de Hong Kong y China, donde vivió por varios años. Es un precursor de la venta de esmeraldas por internet, actividad que realiza desde 1997, cuando el comercio en línea apenas estaba despegando. Hoy, como líder del gremio de exportadores de esmeraldas, considera que el futuro de esta industria es prometedor, sobre todo si se logra conquistar el mercado asiático, que ama el color verde y la esmeralda.
En esta entrevista con Aprecol.com, Galvis habla además de la generación de valor de la esmeralda en Colombia y los retos al respecto, los atributos que hacen de esta piedra preciosa tan atractiva internacionalmente y los retos a los que se enfrenta el sector exportador para expandir su mercado, entre otros temas.
¿Cómo nació Acodes y cuál es su principal función en el sector esmeraldífero?
Acodes se creó en los años 70; precisamente en la época cuando el Estado les entregó la iniciativa esmeraldífera a los privados. Es la asociación de este sector de mayor antigüedad en Colombia. A partir de ella se fueron creando las demás asociaciones de la cadena: la de comerciantes, la de productores y la misma Fedesmeraldas. Fue además una de las principales promotoras de lo que hoy en día es el Fondo Nacional de la Esmeralda y de la creación del laboratorio.
Su tarea se concentra en seguir desarrollando la cadena de valor de la esmeralda y generarle mayor conocimiento. Aunque el principal foco de Acodes es la exportación, tiene además una importante responsabilidad en lo que respecta a engranar todos los demás eslabones de la cadena, porque no es posible exportar si no hay mayor producción. Cuando estamos en el exterior, buscamos abrir el espacio para que llegue más inversión extranjera.
En la actualidad, trabajamos en dos frentes. Uno es promocionar la esmeralda a nivel internacional y realizar la mayor venta de esmeraldas posible al mejor precio, así como profundizar en los mercados. El segundo es trabajar a nivel nacional en la parte gremial, de la mano de las entidades del Gobierno, para reducir los tiempos de exportación y así mejorar los procesos.
¿Cuál es el comportamiento de las exportaciones de esmeraldas colombianas en el mundo?
La exportación de esmeraldas en Colombia tiene un comportamiento muy positivo, gracias a que hay un alto valor agregado en el producto. Tenemos un promedio de exportación de USD 490 por quilate, que es bastante alto en comparación con el resto del mundo, cuyo valor en exportación oscila entre USD 70 y USD 90.
Se cree que del 100% de las exportaciones de esmeraldas de todo el mundo, que tienen un valor de entre USD 500 millones y USD 600 millones, casi el 25% corresponde a exportaciones colombianas. Este porcentaje no es ni el 2% del producto, que es de aproximadamente de 200.000 quilates y que valen USD 120 millones.
Para hacer un paralelo más claro, podemos tomar como ejemplo a Zambia, que produce alrededor de 30 millones de quilates y cuya exportación es de alrededor de USD 90 millones, o Brasil, que produce 10 millones de quilates, que exportados valen USD 60 millones. En otras palabras, nosotros, con solo 200.000 quilates, generamos un muy buen valor.
¿De qué manera Colombia le genera valor a las esmeraldas?
Desde que el Estado le entregó la iniciativa de producción esmeraldífera a los particulares se generó toda una industria, que abarca la minería, la talla, el tratamiento y el comercio en Colombia. En ese sentido se ha creado bastante conocimiento en estos escenarios, lo cual le ha otorgado un alto valor agregado al producto. Además, contamos en el interior del país con un mercado internacional de la esmeralda, que nos permite vender la piedra a mejores precios, incluso mejores en varios casos que cuando se venden al por mayor en el exterior.
¿Qué hace tan atractiva la esmeralda colombiana?
Geológicamente la esmeralda colombiana tiene una diferencia muy alta frente a la de otros países. Esto las hace más atractivas en aspectos gemológicos, les otorga un mejor brillo, una mejor apariencia e, incluso, mejores tamaños. Por otro lado, está su valor histórico. Alrededor del 98% de las piezas de esmeralda que han tenido historia en el mundo son de origen colombiano. Todo esto genera un halo especial en la piedra y le permite desarrollar más capacidades para llegar a mejores valores agregados.
«A nivel externo el reto es cómo ingresar al mercado de China, que es uno de los más importantes y en el cual nos hemos enfocado bastante».
¿Cuáles son los mercados que más aprecian la esmeralda colombiana?
En esencia casi todo país donde hay actividad comercial admira la esmeralda colombiana. Normalmente las piedras de alta colección son muy apreciadas en Europa, donde se hacen las principales joyas del mundo, las cuales llegan a Asia y Estados Unidos a través las grandes casas de moda.
En Asia, los países del medio hasta el lejano oriente tienen una especial atracción por el color verde y por la esmeralda. Por ejemplo, en China llaman a esta piedra como “la gran madre verde”. En América también tiene una gran importancia, y cuenta además con grandes mayoristas que distribuyen la esmeralda alrededor del mundo.
¿Con qué retos se enfrenta en la actualidad el sector exportador de esmeraldas?
A nivel interno, la barrera más compleja en el presente es el incremento de trámites a nivel gubernamental y en la poca respuesta que tiene el Estado para tramitar esa cantidad de procesos. Tenemos el Registro Único de Comercializadores de Minerales (Rucom), certificados de origen, elementos tributarios y fiscales, entre otros trámites. Cuando unimos todos esos elementos y los entregamos, el Gobierno demora demasiado procesando la información, lo cual ha provocado un gran cuello de botella; las exportaciones llegan a tomar hasta tres días. Sin contar que ha habido otras sobrerregulaciones que han impactado el comercio exterior y han vuelto muy lento este proceso.
Eso es preocupante porque nosotros nos basamos en un mercado transaccional, donde tenemos clientes de todo el mundo que vienen a comprar esmeraldas acá, y si no lo logran, pues las adquirirán en cualquier otra parte del mundo, como Zambia, Tailandia, India, Estados Unidos, Brasil…, o simplemente comprarán rubíes, zafiros o ágatas. En pocas palabras, el mayor obstáculo que tenemos es la poca eficiencia en la exportación.
A nivel externo el reto es cómo ingresar al mercado de China, que es uno de los más importantes y en el cual nos hemos enfocado bastante. Para ello, debemos superar grandes barreras, como los impuestos, el conocimiento y el acceso a clientes.
¿Qué significará para el sector exportador la denominación de origen de la esmeralda colombiana?
Esta iniciativa inició precisamente en Acodes, hace aproximadamente tres años. Creemos que es una muy buena defensa de nuestra esmeralda en relación con el mercado internacional. Al mismo tiempo puede servir para generarle valor a la esmeralda a lo largo de la cadena. Además genera reconocimiento y cuenta con una herramienta jurídica de protección para la industria.
¿Cuál es su visión sobre el futuro del sector esmeraldífero colombiano?
Uno de los mayores crecimientos del sector está en el futuro. No solo en lo que respecta a la producción, sino también a la creación de valor. En este aspecto tenemos mucho potencial con respecto a los zafiros, rubíes y diamantes, porque aún estamos a un precio por quilate muy por debajo de estas piedras, cuando tenemos cualidades que pudieran hacer que la esmeralda estuviera al mismo nivel o, incluso, superior.
Frente a un mercado mundial de 7.500 millones de personas, las oportunidades de crecimiento siguen siendo muy altos. Nuestro producto satisface apenas un segmento significativo de ese mercado, pero tiene la capacidad de llegar a una comunidad mucho más grande y, aún más, de incrementar su precio debido a su rareza; nos encontramos además en una época propicia para lograrlo, con los elementos correctos de producción y comercio y con mayor valor agregado, no solo en las piedras sino también en lo concerniente a la joyería.
En este último aspecto, es importante que entendamos que el mayor valor agregado que se le puede generar a una piedra es cuando se hace joya. Por ello, es necesario que establezcamos vínculos y potencialidades para que logremos este avance desde nuestra industria.
«APRECOL está llevando a cabo estrategias muy importantes en materia de promoción de la investigación en geología y en proyectos sociales».
¿Cómo se ha avanzado en materia de investigación geológica en la etapa de exploración?
Considero que en materia de investigación geológica hay una oportunidad de mejor en lo que respecta a la recolección de información. A nivel gubernamental, por ejemplo, no existe información consolidada de todos los esfuerzos que se hacen ni de los elementos geológicos, geoquímicos y geofísicos asociados. Mientras más avancemos en este aspecto, las empresas que vengan tendrán ya un camino avanzado.
¿Cuál es su opinión sobre la labor que viene desempeñando la Asociación de Productores de Esmeraldas Colombianas (APRECOL) y cómo considera que puede seguir fortaleciéndose?
Los últimos años hemos logrado romper el paradigma que había anteriormente de que exportadores y productores eran dos mundos diferentes, y APRECOL ha tenido que ver mucho en esa unión en el sector.
APRECOL está llevando a cabo estrategias muy importantes en materia de promoción de la investigación en geología y en proyectos sociales que están teniendo un impacto en las comunidades, en el territorio y, por supuesto, en la producción. Tenemos que seguir apoyando este tipo de acciones para que se logren los resultados que el sector y el país necesitan.
Espero que podamos seguir trabajando en temas conjuntos, como lo hicimos en el II World Emerald Symposium. Los últimos eventos que ha desarrollado Acodes han tenido el vínculo firme del sector productor. Debemos seguir aprovechando esa capacidad de estar juntos como industria, lo cual no se presenta del mismo modo en otros países; eso sin duda nos va a generar mejores resultados.